
Muertes por ahogamiento en Chicago: ¿Accidentes o Asesinatos?
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Las Sombras del Agua: ¿Una Red de Asesinos en Serie Acecha en Chicago?
En las profundidades oscuras de los ríos y lagos de Chicago, yace un misterio que se niega a morir. Es una historia contada en susurros, en los rostros angustiados de las familias y en los informes policiales que, para muchos, dejan más preguntas que respuestas. Jóvenes, en la flor de la vida, salen a disfrutar de la noche en la ciudad y nunca regresan a casa. Semanas después, sus cuerpos son recuperados del agua, y sus muertes, casi invariablemente, se clasifican como ahogamientos accidentales. Pero, ¿es realmente así? ¿O hay una fuerza siniestra, metódica y organizada, operando en las sombras, dejando un rastro de dolor y un símbolo escalofriante como única tarjeta de visita?
La historia se repite con una regularidad alarmante. Noah Enos, de 26 años, asistió a un concierto en el Salt Shed en Goose Island. Nunca llegó a casa. Su novia, sumida en la desesperación, insistía en que su desaparición era completamente inusual. Días después, su cuerpo fue sacado del río Chicago. Su vigilia no fue solo para recordarlo a él, sino también a todos los jóvenes que han corrido la misma suerte en la ciudad. Un marinero de los Grandes Lagos desaparece. Un estudiante de Northwestern es encontrado en el Lago Michigan en diciembre, su muerte declarada un ahogamiento accidental. Iñaki Bascarán, un graduado universitario de 23 años, desaparece después de Halloween; su cuerpo es recuperado del río semanas más tarde. La lista es larga y desgarradora, extendiéndose más allá de Chicago, a través de todo el país.
Cientos de jóvenes, todos con un perfil sorprendentemente similar: atléticos, inteligentes, de buenas familias. No hay víctimas con sobrepeso, ni jóvenes de baja estatura. Un grupo demográfico tan específico que desafía la lógica de los simples accidentes. Sus muertes, oficialmente etiquetadas como ahogamientos accidentales, son vistas por un grupo de detectives retirados como algo mucho más siniestro: asesinatos en serie.
Kevin Ganon, un veterano detective de la policía de Nueva York, ha estado investigando estos casos durante más de una década. Su teoría es tan audaz como aterradora. No se trata de un solo asesino, sino de una organización bien estructurada con células en las principales ciudades de Estados Unidos, compuesta por hombres y mujeres. Según Ganon, estas víctimas son drogadas, secuestradas, retenidas durante un período de tiempo, asesinadas en tierra y luego depositadas en cuerpos de agua para simular un ahogamiento. El nexo que une estas muertes, según ellos, es una pista escalofriante: un graffiti de una cara sonriente (smiley face) encontrado cerca de los lugares donde las víctimas desaparecieron o donde sus cuerpos fueron hallados.
Esta teoría, popularizada en la docuserie The Smiley Face Killers: The Hunt for Justice, ha generado una intensa controversia. El FBI ha declarado públicamente que no ha encontrado evidencia que respalde la idea de un asesino o asesinos en serie. Sin embargo, para las familias de las víctimas, la explicación del accidente es una píldora imposible de tragar. Madres como Stephanie Wilson, cuyo hijo Brian, un veterano de la Marina de 21 años, fue encontrado en un lago en Gary, Indiana, dos meses después de desaparecer, o Lynn Hurley, cuyo hijo William fue hallado en el río Charles en Boston con una cara sonriente pintada cerca, siguen convencidas de que sus hijos fueron asesinados. La ira y la búsqueda de justicia son el motor que las impulsa.
Para entender la profundidad de esta teoría y las anomalías que desafían las explicaciones oficiales, debemos sumergirnos en los detalles de los casos, caminar por las mismas calles que estas víctimas caminaron en sus últimas horas y analizar las pruebas con la misma mirada escéptica que estos investigadores aplican.
El Caso de Matthew Samus: Un Vistazo a la Evidencia Forense
Nuestra investigación nos lleva a las orillas del río Chicago, a un bar llamado Lizzie McNeel’s. Aquí, la historia de Matthew Samus, un hombre de 31 años, profesional de la tecnología, se entrelaza con la escalofriante teoría de los Smiley Face Killers. Samus había llegado a Chicago por negocios, alojándose en el Hotel Sheridan. La mañana del 5 de diciembre, habló con su madre y le dijo que se dirigía a una convención. Nunca llegó. Sus compañeros de trabajo no lo vieron, y su familia, acostumbrada a su respuesta instantánea al teléfono, no pudo contactarlo. Quince días después, el 20 de diciembre, su cuerpo fue encontrado en el río Chicago, parcialmente congelado.
La versión oficial sugiere que, después de saltarse su reunión, pasó unas cinco horas en el bar Lizzie McNeel’s, desde las 8 de la noche hasta la 1:30 de la madrugada. Una camarera creyó haberlo visto. Las cámaras de seguridad supuestamente lo captaron caminando en dirección a su hotel, pero nunca completó el trayecto. La conclusión implícita es que, de alguna manera, cayó al río.
Pero para Kevin Ganon, los detalles no encajan. Lo primero que le llamó la atención fue el nombre del bar: McNeel. El primer caso que Ganon y su equipo asociaron con esta teoría fue el de Patrick McNeel. Para los investigadores, esto no es una coincidencia, sino una posible burla de los asesinos, una forma de decir: «Aquí tienes otro, ¿lo has entendido ya?».
Sin embargo, la evidencia más contundente se encuentra en el informe de la autopsia de Samus. Un análisis detallado revela anomalías que contradicen la causa de muerte por ahogamiento. Ganon explica: «No se ahogó. Tenía 413 gramos de líquido en el pulmón derecho y solo 388 en el izquierdo». Los pulmones de una persona promedio pesan entre 300 y 400 gramos cada uno. En un ahogamiento típico, el peso total de los pulmones con agua supera los 1,000 gramos, a menudo llegando a 1,100 o 1,200. El peso de los pulmones de Samus era esencialmente normal.
Pero hay más. El informe describe un edema cerebral, es decir, una inflamación del cerebro. Y lo más crucial: «Hemorragia en los huesos petrosos temporales». Ganon es inflexible en este punto: «Eso es trauma. Eso me dice que alguien lo golpeó». Este tipo de lesión puede causar pérdida de audición, parálisis del nervio facial y hemorragia intracraneal. Podría haber afectado su equilibrio, pero no explica cómo terminó en el agua sin signos de ahogamiento.
El escenario físico también desafía la teoría del accidente. El bar Lizzie McNeel’s está justo en el agua, pero el muro de contención no es bajo. No es un lugar del que uno simplemente se cae, especialmente si se compara con otros lugares, como el muro bajo en Austin, Texas, donde se han producido ahogamientos similares. Para Ganon, la idea de que Samus simplemente tropezó y cayó es inverosímil.
La última persona con la que se vio a Samus fue un hombre mayor con barba y pelo canoso. Salieron juntos del bar. ¿Podría este hombre haber sido un señuelo? Aunque los perpetradores suelen ser más jóvenes, Ganon no descarta la participación de individuos mayores, especialmente si se considera la longevidad de la supuesta organización. La teoría postula que reclutan a jóvenes de hogares grupales o situaciones familiares problemáticas, adoctrinándolos en su sistema. Un miembro mayor podría ser uno de los líderes o reclutadores.
La pregunta que resuena es: ¿dónde estuvo Matthew Samus durante los 15 días que estuvo desaparecido? Si fue asesinado en tierra poco después de su secuestro y su cuerpo se mantuvo en un lugar frío, eso explicaría el estado de conservación y la falta de agua en sus pulmones.
La Oscuridad del Río y el Terror Psicológico
Estar de pie junto a un río por la noche, en el mismo lugar donde un cuerpo fue recuperado, evoca una sensación inquietante. Para los investigadores que han dedicado años a estos casos, es una experiencia profundamente perturbadora. «Me molesta saber que así fue como pasaron su última noche», confiesa Ganon. «Y que todo el mundo lo descarte como si fuera un estúpido borracho que accidentalmente cayó al agua, cuando esto es mucho más serio».
La creencia de Ganon y su equipo va más allá del simple asesinato. Sostienen que, en muchos casos, las víctimas no son asesinadas la misma noche de su desaparición. Son retenidas. «Están siendo retenidas durante un período prolongado. Entonces, ¿qué les está pasando mientras están retenidas?». La hipótesis es escalofriante: tortura psicológica. Los captores podrían atormentar a sus víctimas con preguntas como: «¿Qué sientes al saber que vas a morir esta noche?». Un terror inimaginable, sacado de una película de horror, que se prolonga día tras día hasta que finalmente deciden deshacerse de ellas.
Incluso en los casos en que las víctimas tienen agua en los pulmones, los investigadores señalan fallos cruciales en las investigaciones forenses. Por ejemplo, la falta de análisis de diatomeas. Las diatomeas son algas microscópicas cuyo tipo varía según la zona de un cuerpo de agua. Analizar las diatomeas en los pulmones de una víctima podría determinar el lugar exacto donde entró al agua, estableciendo así la escena del crimen original. En esa escena, podrían encontrarse pruebas cruciales: huellas, marcas de neumáticos, colillas de cigarrillos, trozos de ropa. Pero estas pruebas rara vez se realizan.
Iñaki Bascarán: El Misterio de un Ahogamiento Seco
Nos trasladamos al centro de Chicago, a la calle Hubbard, frente a un club llamado Celeste. Este fue el último lugar donde Iñaki Bascarán fue visto con vida. Un joven de 22 años, desaparecido en Halloween de 2021. La policía posee imágenes de vigilancia que nunca se han hecho públicas, pero que se mencionan en la documentación del forense. En ellas, se ve a Iñaki caminando hacia el sur a lo largo del río. Una posible explicación inocente es que, al no ser de la ciudad, estuviera desorientado y usara el río como guía, confundiendo el norte con el sur.
Pero aquí también, la autopsia cuenta una historia diferente. Jordan A. Sher, un investigador privado que ha trabajado estrechamente con las familias de las víctimas en Chicago, se une a Ganon para analizar el caso. El informe de la autopsia de Iñaki muestra que su pulmón derecho pesaba 431 gramos y el izquierdo 356 gramos. Un total de 787 gramos. De nuevo, un peso pulmonar normal. «No veo cómo se ahogó», afirma Ganon. La causa oficial de la muerte fue «indeterminada», un término que Ganon y Sher interpretan como una forma de evitar clasificarlo como homicidio sin poder llamarlo accidente.
Cuando se enfrentan al argumento del «ahogamiento seco» —un raro fenómeno en el que un espasmo de la laringe impide que el agua entre en los pulmones—, los investigadores son escépticos. «El ahogamiento seco ocurre en menos del 1% de los casos», dice Ganon. Aunque es posible, especialmente en agua fría, no puede explicar el patrón recurrente de pulmones secos en tantas víctimas.
La investigación de Sher revela otro fallo crítico: la falta de una investigación exhaustiva en el primer bar donde estuvo Iñaki esa noche, el Hook and Ladder. Sher y Ganon postulan la teoría de la «olla de miel» (honeypot), donde una cómplice femenina es utilizada para atraer o distraer a la víctima. Es más probable que esta interacción ocurra en el primer bar de la noche, no en el último. Una mujer atractiva podría mantener a la víctima ocupada mientras un cómplice vierte una droga como el GHB —incolora, inodora e insípida— en su bebida. Al final de la noche, cuando la víctima está más vulnerable, es fácil separarla de sus amigos y llevársela.
Sher intentó obtener las imágenes de vigilancia del Hook and Ladder, pero cuando finalmente fue al bar, tres semanas después de la desaparición de Iñaki, ya era demasiado tarde. El metraje había sido borrado. La policía nunca había ido a solicitarlo.
Kristoff Schubert: El Cuerpo que Fue Movido
El patrón continúa con el caso de Kristoff Schubert, un empresario polaco de 21 años que trabajaba en Joliet. Fue visto por última vez en un bar de River North y su cuerpo fue recuperado en Oak Street Beach. Schubert apenas conocía a nadie en la ciudad, lo que hace que un crimen premeditado, posiblemente orquestado a través de una aplicación de citas, sea más plausible que un encuentro casual que salió mal.
Los barrios donde se encuentran estos bares, como River North, son zonas concurridas, llenas de vida nocturna. Para un asesino en serie o un grupo de ellos, son cotos de caza perfectos. Pueden mezclarse, observar y elegir a sus víctimas con facilidad. La proximidad de los bares entre sí, un patrón visto en La Crosse, Wisconsin, y en Austin, Texas, facilita el seguimiento y la selección de objetivos.
El informe de la autopsia de Schubert contiene un detalle forense devastador para la teoría del accidente. El informe describe «lividez roja brillante fija, distribuida en las superficies anterior y posterior del cuerpo». La lividez, o livor mortis, es la acumulación de sangre en las partes más bajas del cuerpo después de la muerte. Se «fija» entre 8 y 12 horas después del fallecimiento, lo que significa que ya no se desplaza si se mueve el cuerpo.
Si una víctima de ahogamiento muere en el agua, la lividez se establecería en la parte frontal del cuerpo, ya que los cuerpos tienden a flotar boca abajo. El hecho de que Schubert tuviera lividez tanto en la parte delantera como en la trasera es, para Ganon, una prueba irrefutable. «Significa que estuvo muerto durante un período de al menos 10 horas, y alguien movió ese cuerpo». Podría haber estado acostado de espaldas en algún lugar después de ser asesinado, permitiendo que la sangre se asentara en su espalda. Luego, horas más tarde, fue trasladado y arrojado al agua, donde la sangre restante se asentó en la parte delantera. Esto no es un accidente. Es un secuestro, un asesinato y una manipulación de la escena del crimen.
Los Símbolos: Las Firmas en la Sombra
La búsqueda de pruebas lleva a los investigadores a los callejones oscuros detrás de los bares que frecuentaban las víctimas. Buscan símbolos: la notoria cara sonriente, pero también otros signos que han identificado a lo largo de los años. Han catalogado hasta 13 símbolos recurrentes, incluyendo cruces invertidas y otros marcadores que parecen consistentes con la simbología de pandillas o cultos.
Ganon mantiene una base de datos meticulosa, un tablero de ajedrez que rastrea qué símbolos aparecen en qué estados. Minnesota puede tener los símbolos 1, 2, 5, 7 y 9; Wisconsin tiene 1, 2, 9, 10 y 12; Nueva York tiene su propia combinación. Esta red de símbolos sugiere una comunicación y una presencia coordinada en todo el país.
El problema es que esta evidencia es efímera. Los callejones se limpian, las paredes se repintan. La evidencia crucial, la firma de los asesinos, se borra, a menudo antes de que nadie piense en buscarla.
Noah Enos: La Vigilia y el Misterio del Escondite
El caso de Noah Enos nos lleva de vuelta al Salt Shed. Desapareció tras un concierto de la banda King Gizzard and the Lizard Wizard. Para Ganon, incluso el nombre de la banda podría ser una pista simbólica, un juego de palabras macabro.
Noah salió del concierto y fue visto en las imágenes de vigilancia deambulando, mirando su teléfono. El informe policial es ambiguo sobre la dirección que tomó. Jordan Sher investigó por su cuenta, descubriendo que la policía no había solicitado imágenes de vigilancia clave de una gasolinera BP cercana, imágenes que se borraron después de siete días.
La investigación de Sher y Ganon los llevó a un callejón cercano, junto a un local llamado «The Hideout» (El Escondite). En la pared, encontraron lo que buscaban: una cara sonriente pintada con spray, junto a otro de sus símbolos clave. La ubicación, «The Hideout», parecía otra burla macabra. Cerca, un número de teléfono en un edificio mostraba los dígitos 666. ¿Coincidencias? Quizás. Pero en el contexto de un posible asesinato en serie, cada detalle se carga de un significado siniestro.
Cerca de donde se recuperó el cuerpo de Noah, los investigadores encontraron algo más: una canoa roja atada. En otra escena de crimen relacionada con Iñaki Bascarán, también encontraron canoas y remos, junto con una elaborada instalación con bancos de hormigón y luces, como un patio privado junto al río. ¿Son estas canoas el medio por el cual los cuerpos son transportados silenciosamente por el agua en la oscuridad de la noche?
Ecos del Más Allá: La Sesión de la Spirit Box
La investigación toma un giro paranormal en el lugar exacto donde el cuerpo de Noah Enos fue sacado del agua. Utilizando una «spirit box», un dispositivo que escanea frecuencias de radio y que algunos creen que permite la comunicación con los espíritus, el equipo intenta contactar con cualquier energía presente en el lugar.
La sesión produce resultados escalofriantes. Cuando preguntan si la víctima está bien, el dispositivo emite la palabra «Peaceful» (En paz). Pero el momento más impactante llega cuando el dispositivo repite, una y otra vez, la palabra «Massachusetts». Noah Enos era originario de Massachusetts. La probabilidad de que una palabra tan específica y relevante aparezca por casualidad es astronómicamente baja. Para los presentes, es una confirmación heladora de que algo inexplicable está sucediendo.
Más tarde, durante la sesión, se oyen susurros que parecen decir «with a hat» (con un sombrero), una posible descripción de uno de los perpetradores.
Un Misterio sin Resolver
Al final, a pesar de las autopsias que no cuadran, los testigos, los símbolos y las extrañas coincidencias, las muertes siguen siendo clasificadas oficialmente como accidentes. La teoría de los Smiley Face Killers sigue siendo controvertida, fácilmente descartada por los escépticos como una simple pareidolia, la tendencia a ver patrones donde no los hay. Después de todo, las caras sonrientes son un graffiti común.
Pero cuando se examina la totalidad de la evidencia, el argumento de la coincidencia se debilita. Los perfiles de las víctimas son demasiado específicos. Las anomalías forenses son demasiado consistentes. La falta de una investigación policial rigurosa en muchos de estos casos es demasiado evidente.
Ya sea el trabajo de una red organizada de asesinos o una serie de tragedias inexplicables, una cosa es cierta: jóvenes siguen desapareciendo y apareciendo muertos en las vías fluviales de Estados Unidos. Las familias se quedan sin respuestas, y la justicia sigue siendo esquiva. Mientras las autoridades continúen tratando estos casos como accidentes aislados, el patrón probablemente continuará. Y en la oscuridad, bajo los puentes y en los callejones de la ciudad, el misterio de las caras sonrientes permanecerá, una burla silenciosa para aquellos que se atreven a mirar más de cerca las sombras del agua.